viernes, 8 de julio de 2011

Los miembros del Clan Hávamál (VIII)

El séptimo miembro a presentar del Clan Hávamál
en su faceta del siglo X:

Marta es Aideen Ní Veigh

Me llamo Aideen Ní Veigh. Naci en 933 en Irlanda, en las tierras de los Ulades, en el Ulster. Mi padre era, junto con mi hermano, miembro del ejercito libre de Irlanda, la Fianna. Aunque en esos tiempos la Fianna ya tenia poco que ver con lo que fue mucho tiempo atrás, los fénnid seguían siendo respetados por el pueblo y la nobleza. Ellos habían defendido nuestras tierras, siglos atrás, de las invasiones saecsen.

Me crie en un ambiente guerrero, a pesar que mi madre y yo nos quedábamos cuidando de la granja cuando padre y Conn salian de patrulla con su fian. Eso sucedia inevitablemente con la llegada del buen tiempo, cercano Beltane; pasados los meses, pocos días antes de Samhain, regresaban. En las largas noches de invierno, me sentaba a los pies de padre y escuchaba embelesada sus historias acerca del mítico Fionn Mc Cumhaill y su Fianna, o las aún mas antiguas historias de Cú Chulainn, el sabueso del Ulster. Me prometí a mi misma que yo seria una de aquellas banfénnid, mujeres fénnid que luchaban en las fian contra los enemigos de Irlanda.


Mi hermano Conn me enseño a usar la espada a escondidas de padre; él quería hacer de mi una buena esposa para casarme con alguno de los jóvenes del clan vecino y establecer alianzas. Sin embargo, deje en evidencia a mi padre en más de una ocasión, negándome en redondo a casarme con alguno de esos jóvenes bravucones y con aires de grandeza. Más de uno probo el sabor del barro después de atreverse a poner un dedo sobre mí. Padre, enfurecido, me cortó el pelo……!!!Como si eso me importara!!!! Desafiante, juré que jamás lo dejaría crecer demasiado. Y asi ha sido desde entonces.

Hace años, en las cercanías de samhain, madre y yo estuvimos esperando a padre y Conn. Llegó Samhain y no habían regresado aún; pasó samhain y no teníamos noticias…… finalmente llegó a casa Donn McNessa para decirnos que ambos habían muerto en una emboscada , cerca de las costas del este. Poco tiempo después, madre enfermó y murió en pocas semanas. Yo creo que fue de tristeza.

Sola, me quedaban dos opciones: casarme con uno de los jóvenes de los Clanes vecinos, o vender tierras y ganado y marcharme de allí. Podía dirigirme a Dubh Linn, una ciudad próspera de comerciantes extranjeros; los hombres del norte se habían establecido tiempo atrás en Baile Átha Cliath, que ellos llamaban Dubh Linn o laguna negra, porque alli amarraban sus barcos. Durante años se habían dedicado a guerrear y conseguir esclavos, pero ahora habían tomado esposas entre nuestras mujeres, y habían tenido hijos. Se dedicaban al comercio y a sus granjas….. y tenían barcos …..Solo de una cosa estaba segura; no me conformaría con ser la esposa de un granjero y dedicarme a parir hijos. Tenia una espada, y sabia usarla. Tal vez encontraría algún trabajo para mi….. no pasaría mi vida encerrada en una granja, bordando y ocupándome de los animales y de la casa…

Estuve vagando durante algunos días, aguantando las miradas de sorpresa de aquellas gentes de cabellos rubios y ojos claros, confusos ante mi aspecto masculino y mis cabellos tan cortos. Los cabellos de una mujer son uno de sus bienes más preciados, y yo los llevaba muy cortos….tan cortos como esos extraños sacerdotes venidos del sur y que no me gustaban nada. Claro que yo tampoco les gustaba a ellos….!!!Que los cuervos de Morrigu los devoren!!! …..me despreciaban por ser mujer…… estúpidos carroñeros…

Vague durante días; salia por la mañana de la posada y no regresaba hasta el anochecer. No podia seguir mucho tiempo así, pues mi bolsa menguaba a cada día que pasaba. Un día, en el puerto, vi a un grupo de hombres que discutían con otros sobre el precio de unas pieles; parecían tener ciertos problemas de comunicación. Me acerqué y les ofrecí mi ayuda a cambio de un pasaje en el barco. Ivar Yoseffson, que así se llamaba el jefe de aquel variopinto grupo, aceptó. Se dirigían hacia el sur, a un lugar llamado Miklagaard. Aquellos hombres eran los miembros del Skoll Kindred…. Ivar Yoseffson, el líder del grupo, es un hombre de sonrisa franca y mirada astuta de comerciante; Ludvig, un hombre joven pero sabio, con la experiencia adquirida en sus largos viajes y, finalmente, Frank Gonfauson, un hombre serio y sencillo, de gran corazón y del que me prendé rápidamente … tanto que consiguió lo que no consiguieron los hombres de mi clan: que me casara con él y que aceptara a bordar sus ropas…..


Yoseffson nos reunió un día para proponernos una unión con el Clan Hávamal. Esta podía ser muy ventajosa para nosotros, y también debíamos tener en cuenta que si líder había sido elegido el Jarl de las tribus del norte….. así que henos aquí formando parte del Clan Hávamal, luchando codo con codo, curando nuestras heridas mutuamente y llenando nuestras bolsas de oro….

Me gustan …… no les importa luchar junto a una mujer ….


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