Ninguno de nosotros sabíamos, a ciencia cierta, donde nos
metíamos cuando preparábamos a destajo éste viaje casi improvisado. Y digo casi
porque hasta el último momento no tuvimos nada del todo atado.
Veintisiete horas de viaje a la ida, veintiocho a la vuelta.
Se dice muy rápido y no parece gran cosa, pero seis personas metidas en una
furgoneta “non stop” durante tantas horas no es algo muy recomendable ni
saludable….ríete tú de las leoneras!
Mil anécdotas podría contaros acerca del tortuoso viaje
cruzando Francia y Alemania para llegar hasta el Báltico, pues éste trayecto
nos trajo de todo: calor infernal, lluvia torrencial, peajes caóticos,
caravanas interminables, lavabos de pago con sistemas auto lavables y un “majísimo”
control policial. Pero estas situaciones no son las que realmente interesan de
nuestro viaje hasta el XX Festival Vikingo y Eslavo de Wolin (Polonia).
Describir las sensaciones, emociones y vivencias durante
nuestra estancia es algo realmente imposible, no existen palabras. Imaginaos
volver a adentrarse de nuevo en un poblado del siglo X, un poblado totalmente
reconstruido. Cruzar un puente y encontrarse con una elevada empalizada con una
entrada situada bajo un torreón de madera. Atravesar éste y ver las casas y
disposiciones totalmente reconstruidas.
Establos, herrería, casa común, acceso a los muelles y a sus embarcaciones…
cómo he comentado, algo indescriptible.
Pero, por si esto fuera poco, campamentos de recreadores en
la zona exterior e interior. Para que os hagáis una idea, más de 400
combatientes en el campo de batalla (sin contar no combatientes, mujeres y
niños), un número exagerado de personas de distintos grupos y zonas
geográficas. Noruegos, daneses, suecos, polacos, rusos, franceses, italianos se
dan cita, año tras año, en éste evento, uno de los más importantes de ésta
temática. Son los mismos recreadores los que realizan las artesanías y trabajos
propios del día a día así como el de mantenimiento del lugar mientras dura su
estancia. Exponen y venden sus trabajos, tanto a otros recreacionistas como al
turista genérico. Decir que, el trabajo de muchos de ellos, sobretodo en el
ámbito de joyería, es excepcional.
Nuestro contacto venía a cargo de Lluc Tyrson, caudillo del
grupo Grävarg (Mallorca), hermanado de Clan Hávamál y ahora uno de sus
miembros. Nuestra presencia e invitación se daba gracias al contacto de éste con
la Jomsborg Italy Elag. Grupo que nos acogió con grata hospitalidad, nos acompañó,
guió y finalmente, nos entrenó. Un grupo que nos ha enseñado mucho y del que
hemos aprendido muchísimo.
El Clan no participó de la gran batalla oficial que acontece
durante el festival. Se nos sugirió desde el primer momento y por parte de la
organización, que observáramos y estudiáramos el comportamiento, fuerza, técnica
y organización de ésta como una primera “toma de contacto”. No por ello nos quedamos sin el rechinar del
acero: varios miembros de la Jomsborg Italy Elag entrenaron, demostraron,
enseñaron y combatieron con nuestros chicos. El año que viene no nos la
perdemos!!!
Entre muchas otras actividades destacamos: la invitación
formal a una boda de uno de los principales miembros de la organización Jombsborg (Storm Comander Carl Edmons);
tener la suerte de presenciar múltiples rituales paganos, la presentación y charla
con gente famosa en éste ámbito a nivel mundial como son Igor Górewicz (escritor
de varios libros de temática, miembro organizativo del evento, colaborador en
múltiples documentales, etc.) o con el mismo Jarl de toda la organización
Jomsborg, Ottar (Alban Depper); ofrecer nuestros respetos ante la piedra rúnica
dedicada al famosísimo difunto Phil Darklord, conocido como el Ulf Eirik (experto
divulgador y anterior Jarl de la organización Jomsborg); disfrutar de la noche y
de sus “juegos” ( como el típico de la bofetada del que, pudiéndolo asegurar en
primera persona, los rusos y daneses encajaban muy bien los mamporros”) o con los
cantos tradicionales de los marineros rusos de la Silver Wolf. Fue, invitados
por éstos, cuando tuvimos la oportunidad de charlar en el interior de su propia
casa del siglo X, así como de remar varias
millas náuticas en un auténtico longship bajo la dirección del propio Jarl de la Silver Wolf (Maksim Makarov).
Muchas experiencias y conocimiento es cuánto nos traemos de
vuelta. Muy agradecidos de toda la gente con la que hemos interactuado. Se han
portado todos genial. Especial agradecimiento a los miembros de la Jomsborg
Italy Elag (Paolo, Edoardo, Pierluigi, Lapo y Lorenzo) por recibirnos en su
campamento, por compartir esos buenos momentos entre risas y cerveza y por tratarnos
como si estuviéramos en nuestra propia casa.
Miembros de Clan Hávamál junto nuestros anfitriones de la Italy Elag |
Sin lugar a dudas, las vivencias de Wolin superan
enormemente cualquier malestar acaecido por las interminables horas de viaje.
Ya hemos confirmado nuestro regreso el año que viene… quizás
éste traiga nuevas sorpresas.
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